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Hogwarts abre nuevamente sus puertas tras la derrota del señor tenebroso y su mas fieles seguidores, los mortifagos. Aquellos que lucharon en la guerra contra el mal, hicieron sus familia y actualmente sus hijos se encuentran estudiando en Hogwarts de Magia y Hechiceria. Años dificiles y de muertes por fin encontraron la paz y tranquilidad que al parecer nunca llegaría, al fin podían respirar tranquilos y todos estaban seguros que nada malo sucedería nuevamente, era verdad la paz ya se encontraba reinando tanto el mundo mágico como el de los muggle. Por otro lado los alumnos se encontraban haciendo travesuras, algunos estudiando disciplinadamente y otros perdidos en el amor juvenil, todos al parecer eran completa mente felices. Pero no siempre se vive en felicidad absoluta hay quienes son la clara excepción. Meses después de aparentemente tranquilidad fue truncada por misteriosas muertes de muggle, llegando la noticia al mundo mágico y hogwarts quienes pensaron que nuevamente se enfrentaban a magos oscuros y sus corazones se envolvieron de angustias y la desconfianza se propago rápidamente. Hay quienes incluso llegaron a pensar que esto se trataba nuevamente de Tom Riddle, conocido como Lord Voldemort. El Ministerio desde entonces esta atento a cualquier cosa que suceda y averiguando quienes son los causantes de los ataques. Todo esto tiene un nombre: Bellatrix Lestrange, que en el mas profundo silencio se encuentra, esperando el momento adecuado y frágil para atacar, reclutando nuevos mortifagos y también trata que los vampiros se unan a su causa, para así cumplir la tarea que lamentablemente para ellos el señor tenebroso no logro terminar.
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People come and go. You never know | Alice
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People come and go. You never know | Alice
Caminé despacio hasta el aula indicada para resolver el asunto. Desde días atrás, cuando alguien me contacto, pensé que todo era un broma, es decir, ¿en verdad aquella chica tenía interés en algo como lo que nosotros hacíamos? Yo creía que Albus era una especie de excepción a la regla y es que a pesar de no ser familiares consanguíneos, sus familias eras bastantes cercanas según tenía entendido. ¿Cómo podía ser entonces? No tenía una respuesta y es por ello que había aceptado verla. Yo era el último escalón antes de entrar de lleno a la sala y tener audiencia con ella, con mi tía. El último filtro, para llegar a mi tenían que pasar por otros más, a menos claro, que fuera yo quien los escogiera directamente o me enviaran a reclutarlos.
La nota que le había enviado aquella mañana era bastante clara: Runas A., 18:30 Ahora yo había llegado antes para revisar que no hubiera nadie paseándose por allí, no quería más ojos y oídos de los necesarios. No iba solo, me había hecho acompañar de un crío de segundo, que no tenía nada que ver con el negocio, su trabajo consistía en vigilar los alrededores mientras estuviera ocupado además de avisarme si veía a alguien acercarse por medio de un pergamino que había encantado.
Entré en el aula vacía y lancé un par de hechizos silenciadores, nadie del exterior se enteraría de lo que pasara dentro incluso si una batalla se desataba. Me acerqué a la ventana y miré el cielo gris, el baile se acercaba y un par de manos extra no estarían mal aunque dudaba que mi tía quisiera incluirla tan pronto, siempre y cuando fuera aceptada. No traía nada más puesto encima que mi uniforme desaliñado, no me importaba mostrarme tal cual, ni que se enterara que yo estaba metido en esto, si de una forma u otra ella sería también parte de ello, mejor que me fuera conociendo de una vez. El suave golpe en la puerta me anunció que ya era hora. Solté un alto Adelante mientras aún miraba el exterior, dándole la espalda.
La nota que le había enviado aquella mañana era bastante clara: Runas A., 18:30 Ahora yo había llegado antes para revisar que no hubiera nadie paseándose por allí, no quería más ojos y oídos de los necesarios. No iba solo, me había hecho acompañar de un crío de segundo, que no tenía nada que ver con el negocio, su trabajo consistía en vigilar los alrededores mientras estuviera ocupado además de avisarme si veía a alguien acercarse por medio de un pergamino que había encantado.
Entré en el aula vacía y lancé un par de hechizos silenciadores, nadie del exterior se enteraría de lo que pasara dentro incluso si una batalla se desataba. Me acerqué a la ventana y miré el cielo gris, el baile se acercaba y un par de manos extra no estarían mal aunque dudaba que mi tía quisiera incluirla tan pronto, siempre y cuando fuera aceptada. No traía nada más puesto encima que mi uniforme desaliñado, no me importaba mostrarme tal cual, ni que se enterara que yo estaba metido en esto, si de una forma u otra ella sería también parte de ello, mejor que me fuera conociendo de una vez. El suave golpe en la puerta me anunció que ya era hora. Solté un alto Adelante mientras aún miraba el exterior, dándole la espalda.
Scorpius H. Malfoy- Slytherin
- Mensajes : 415
Puntos : 300
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Edad : 29
Re: People come and go. You never know | Alice
Realmente no podía creer lo que estaba haciendo, había mandado aquella petición sin esperar realmente que se me contestara y mucho menos tan rápido. Hasta este momento realmente no me había percatado de las pocas esperanzas que tenía en recibir un rechazo de aquella carta, sabía que les sería muy difícil llegar a considerarme como un miembro prometedor para el grupo debido a mi muy manchado expediente familiar, que seas hija de uno de los “héroes” de la gran Guerra no te sumaba muchos puntos cuando el bando en el que querías servir era totalmente exclusivo y poco tolerante ante aquellos ideales, sabía que lo mas probable era que mi padre se enfadaría y no me ayudaba precisamente que el se encontrara en el castillo, en lugar de a un millón de kilómetros de distancia como cualquier padre inteligente lo estaría, aquella tarde me tocaba Herbología con el y lograr zafarme de su mirada vigilante no sería para nada una tarea sencilla. Tenía a mi favor el hecho de que me conociera lo suficientemente “bien” como para no sospechar nada malo de mi; tal vez ese era el verdadero problema que tenía mi padre, su capacidad para confiar en todas las personas sin saber realmente el origen de sus intenciones.
Después de leer la concisa nota que me había mandado aquel extraño chico que apenas si conocía suspire resignada ante mi destino y me dispuse a preparar mi huída, arrugando la pequeña notita dentro de mi puño derecho y dándole un pequeño aperitivo a la hermosa lechuza que había llevado hasta mi tan importante mensaje. Observe preocupada como se alejaba aquel puntito oscuro en la distancia y tomé mi capa del lugar donde la había dejado, tendida sobre mi cama sin preocuparme realmente por su buena condición; mas ahora que sabía lo que me esperaba intente al menos presentarme lo mas confiada posible, y que mi uniforme estuviera echo un asco no mejoraba mucho mi situación. Me acerque con lentitud hasta mi baúl, sacando un conjunto nuevo y cambiándomelo sin siquiera pensarlo demasiado; la corbata amarilla ligeramente desecha en el cuello de la camisa, la falda gris plisada sin ninguna arruga y la capa negra impecablemente alisada descansaba sobre mis hombros mientras tomaba mi mochila para aparentar una vez mas ser la estudiante predilecta de mi ingenuo padre, aunque esta vez realmente esperaba que el se creyera mi teatro y que por alguna obra y gracia del destino mis hermanos no fueran a molestar.
Al parecer todo seguía como siempre, llegue a clase ligeramente tarde y el profesor Longbottom me riñó con una sonrisa, intente devolvérsela lo mejor que pude y note como su ceja se encarnaba en su rostro, mas rogué porque malinterpretara mi reacción y le echara la culpa al estrés de los exámenes que se avecinaban. La clase continuaba con normalidad y llegó la hora pactada, por lo que me levante en el mas absoluto silencio y me dirigí a la salida, llevándome mis cosas y ofreciéndole de excusa a mi padre que iba a visitar a la enfermera del colegio, el solo me sonrió y me deseó buena suerte, vaya me gustaría conocer su reacción si el supiera realmente en lo que me estoy metiendo…bueno realmente su opinión no debería importarme así que me seguí derecho y dejé que la puerta se cerrara a mis espaldas.
El camino a los salones del sexto piso era largo mas me dio tiempo para pensar y reflexionar, mi corazón se aceleraba por momentos y mi respiración flaqueaba, mas sabía que tenía que controlarlos porque seguramente a el le desagradarían las personas cobardes, a mi en lo personal me desagradan los miedosos y que en estos momentos tan importantes me este comportando como una pone mi carácter a prueba y mi capacidad de resistencia. Llegue hasta donde se encontraba aquel niño de aspecto asustado, le sonreí tímidamente y el me guió hasta la puerta de madera oscura, toqué tímidamente y escuche un desganado –Adelante-, suspire y abrí silenciosamente, adentrándome a la habitación y observando soprendida la espalda de aquel chico rubio que sabía que conocía.
Después de leer la concisa nota que me había mandado aquel extraño chico que apenas si conocía suspire resignada ante mi destino y me dispuse a preparar mi huída, arrugando la pequeña notita dentro de mi puño derecho y dándole un pequeño aperitivo a la hermosa lechuza que había llevado hasta mi tan importante mensaje. Observe preocupada como se alejaba aquel puntito oscuro en la distancia y tomé mi capa del lugar donde la había dejado, tendida sobre mi cama sin preocuparme realmente por su buena condición; mas ahora que sabía lo que me esperaba intente al menos presentarme lo mas confiada posible, y que mi uniforme estuviera echo un asco no mejoraba mucho mi situación. Me acerque con lentitud hasta mi baúl, sacando un conjunto nuevo y cambiándomelo sin siquiera pensarlo demasiado; la corbata amarilla ligeramente desecha en el cuello de la camisa, la falda gris plisada sin ninguna arruga y la capa negra impecablemente alisada descansaba sobre mis hombros mientras tomaba mi mochila para aparentar una vez mas ser la estudiante predilecta de mi ingenuo padre, aunque esta vez realmente esperaba que el se creyera mi teatro y que por alguna obra y gracia del destino mis hermanos no fueran a molestar.
Al parecer todo seguía como siempre, llegue a clase ligeramente tarde y el profesor Longbottom me riñó con una sonrisa, intente devolvérsela lo mejor que pude y note como su ceja se encarnaba en su rostro, mas rogué porque malinterpretara mi reacción y le echara la culpa al estrés de los exámenes que se avecinaban. La clase continuaba con normalidad y llegó la hora pactada, por lo que me levante en el mas absoluto silencio y me dirigí a la salida, llevándome mis cosas y ofreciéndole de excusa a mi padre que iba a visitar a la enfermera del colegio, el solo me sonrió y me deseó buena suerte, vaya me gustaría conocer su reacción si el supiera realmente en lo que me estoy metiendo…bueno realmente su opinión no debería importarme así que me seguí derecho y dejé que la puerta se cerrara a mis espaldas.
El camino a los salones del sexto piso era largo mas me dio tiempo para pensar y reflexionar, mi corazón se aceleraba por momentos y mi respiración flaqueaba, mas sabía que tenía que controlarlos porque seguramente a el le desagradarían las personas cobardes, a mi en lo personal me desagradan los miedosos y que en estos momentos tan importantes me este comportando como una pone mi carácter a prueba y mi capacidad de resistencia. Llegue hasta donde se encontraba aquel niño de aspecto asustado, le sonreí tímidamente y el me guió hasta la puerta de madera oscura, toqué tímidamente y escuche un desganado –Adelante-, suspire y abrí silenciosamente, adentrándome a la habitación y observando soprendida la espalda de aquel chico rubio que sabía que conocía.
Alice A. Longbottom- Hufflepuff
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Puntos : 86
Fecha de inscripción : 16/04/2012
Edad : 32
Re: People come and go. You never know | Alice
La puerta se abrió con lentitud, demasiada lentitud. Mala señal, eso podría indicar inseguridad y duda. Anoté aquellas dos palabras a mi lista mental, la que iba comenzar a hacer justo en aquel momento para separa más tarde las características que podíamos aprovechar de la nueva candidata de las que podían perjudicar; y las dos primeras no eran del todo un buen comienzo. Esperé a escuchar de nuevo la puerta cerrarse y me giré con las manos en los bolsillos, con ése aire ya tan típico en mi: una mezcla de indiferencia y arrogancia.
Repasé a la chica con la mirada, analizando con detalle que en verdad fuera la persona que esperaba y no un vil espía. Hasta entonces había tenido suerte de que no muchos –pues había soltado de más la lengua en algunas ocasiones- sospecharan que yo tenía ciertos asuntos poco confiables dentro del colegio. Levanté mi varita con velocidad apuntándola y lanzándole un simple hechizo de revelación. Si se trataba de un impostor rápido podría acabar con él o ella dentro de ésta habitación, un obliviate y listo, nadie salía herido. La inspección acabo en pocos segundos y los resultados fueron satisfactorios. Volví a guardar mi varita en su lugar habitual, el bolsillo trasero de mis pantalones. Pasé una mano por mi cabello, llevándolo hacia atrás mientras soltaba un pesado suspiro. Hora de poner las manos a trabajar.
― Vaya, vaya, ¿Entonces es cierto? ― formulé la pregunta sin esperar una respuesta, pues era obvio que ella estaba allí frente a mi. Aun tenía la duda en mi interior sobre si se trataba de un trampa pero vería que tan lejos estaba ella dispuesta a llegar. ― Longbottom, en verdad que me has sorprendido y mira que a estas alturas de mi vida hay pocas cosas que logran hacerlo. ― durante mi breve introducción me paseé por el aula sin apartar mis ojos de ella. ― La primera pregunta que viene a mi cabeza es ¿Porqué? ― me detuve intentando ver más allá de lo que aparentaba pero no logre nada. Era ella la primogénita de su familia, alumna ejemplar con excelentes notas, el orgullo de su padre sin duda alguna, a comparación de sus hermanos era material útil y rescatable y aun así… ¿porqué?.― Pero antes de que me respondas debes saber que tengo más puntos en contra que a favor sobre si darte luz verde para continuar en esto. ¿Quién me asegura que esto no es un juego, organizado por tus amigos y familiares? Porque perfectamente esto podría ser una una trampa y te advierto de una vez que no saldrás de esta habitación ilesa si trata de eso. ― Hasta entonces mi voz había mantenido un tono neutro pero al final se endureció. Yo no estaba dispuesto a arriesgar todo por un acto de rebeldía de la señorita hija del profesor más querido del colegio, candidato y más que posible futuro director del colegio. En realidad no importaba, no me quedaría mucho tiempo como para verlo, aunque McGonagall, ella era otra historia. Ella iba a caer.
Repasé a la chica con la mirada, analizando con detalle que en verdad fuera la persona que esperaba y no un vil espía. Hasta entonces había tenido suerte de que no muchos –pues había soltado de más la lengua en algunas ocasiones- sospecharan que yo tenía ciertos asuntos poco confiables dentro del colegio. Levanté mi varita con velocidad apuntándola y lanzándole un simple hechizo de revelación. Si se trataba de un impostor rápido podría acabar con él o ella dentro de ésta habitación, un obliviate y listo, nadie salía herido. La inspección acabo en pocos segundos y los resultados fueron satisfactorios. Volví a guardar mi varita en su lugar habitual, el bolsillo trasero de mis pantalones. Pasé una mano por mi cabello, llevándolo hacia atrás mientras soltaba un pesado suspiro. Hora de poner las manos a trabajar.
― Vaya, vaya, ¿Entonces es cierto? ― formulé la pregunta sin esperar una respuesta, pues era obvio que ella estaba allí frente a mi. Aun tenía la duda en mi interior sobre si se trataba de un trampa pero vería que tan lejos estaba ella dispuesta a llegar. ― Longbottom, en verdad que me has sorprendido y mira que a estas alturas de mi vida hay pocas cosas que logran hacerlo. ― durante mi breve introducción me paseé por el aula sin apartar mis ojos de ella. ― La primera pregunta que viene a mi cabeza es ¿Porqué? ― me detuve intentando ver más allá de lo que aparentaba pero no logre nada. Era ella la primogénita de su familia, alumna ejemplar con excelentes notas, el orgullo de su padre sin duda alguna, a comparación de sus hermanos era material útil y rescatable y aun así… ¿porqué?.― Pero antes de que me respondas debes saber que tengo más puntos en contra que a favor sobre si darte luz verde para continuar en esto. ¿Quién me asegura que esto no es un juego, organizado por tus amigos y familiares? Porque perfectamente esto podría ser una una trampa y te advierto de una vez que no saldrás de esta habitación ilesa si trata de eso. ― Hasta entonces mi voz había mantenido un tono neutro pero al final se endureció. Yo no estaba dispuesto a arriesgar todo por un acto de rebeldía de la señorita hija del profesor más querido del colegio, candidato y más que posible futuro director del colegio. En realidad no importaba, no me quedaría mucho tiempo como para verlo, aunque McGonagall, ella era otra historia. Ella iba a caer.
Scorpius H. Malfoy- Slytherin
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Fecha de inscripción : 01/04/2012
Edad : 29
Re: People come and go. You never know | Alice
Pude notar el sonido de la puerta al cerrarse junto a mi espalda y me estremecí ligera y casi imperceptiblemente, ahora había quedado encerrada y no había mucho mas que hacer que enfrentarme a las consecuencias de las decisiones que había tomado; la hora de temer se había quedado atrás y con forme avanzaba hacia la silueta del rubio muchacho pude sentir casi con un verdadero alivio como mi corazón iba recuperando lentamente su cadencia normal, mi respiración avanzaba casi imperceptiblemente y mi mente se despejaba a una velocidad alarmante; dejando detrás de toda esa confusión una frialdad y claridad alucinantes que me ayudaban para no perder el control de mis emociones. Realmente estaba muy sorprendida, nunca había llegado a pensar que detrás de aquel torbellino de ideas y sentimientos en el que siempre terminaba convertida mi cabeza se encontraba un mar de serenidad y fría indiferencia que me ayudaría a calmarme y pensar con una racionalidad que en estos momentos necesitaba con urgencia.
Aquel chico giró con elegancia, movimiento propio de el que a mi en verdad me turbaba, no entendía como un simple humano como el podía moverse de aquella forma y aún así seguir pareciendo ligeramente hosco y despreocupado. Lo examinaba detenidamente con una ceja ligeramente arqueada, el tenía las manos dentro de sus bolsillos y todo su ser despedía arrogancia; pude notar el escrutinio de su mirada y supe que estaba siendo puesta a prueba, sonreí en mi interior mientras mi rostro se mantenía inescrutable ya que no quería darle a entender nada que pudiera ser tomado como una señal de peligro o cobardía, sabía que era buena en los duelos y hábil con los hechizos mas estaba completamente conciente que si me enfrentaba al joven Malfoy mis probabilidades de vencer no eran lo que pudiera denominar como altas.
Realmente su presencia en esa habitación no había llegado a sorprenderme como en un principió creí que lo haría. Una parte de mi ya lo sospechaba al observarlo entre los pasillos y en las clases que compartíamos, así como durante las comidas en el Gran Comedor; todo su ser despedía una ligera aura de peligro y vulnerabilidad bajo ese aspecto de chico popular y arrogante; realmente aún no lograba entender como es que un joven como el pudiera despertar la necesidad en las personas para protegerlo, ya que su espíritu era hostil de nacimiento; había llegado a suponer que era la clase de personas a las que no les importaba tus opiniones con tal de obtener aquello que desean de ti, mas Scorpius siempre me había parecido diferente, mas especial que un simple jovenzuelo popular y agresivo que disfrutaba con el dolor de aquellos que de alguna manera eran más débiles que el. Ahora, al verlo de pie frente a mi evaluándome, al fin pude darme cuenta de la verdadera diferencia que existía entre nosotros, mas de alguna parte en el fondo de mi ser pude ver que éramos similares, ambos atrapados bajo las tradiciones familiares que de alguna forma no podíamos ignorar; la diferencia radicaba en que yo estaba mas que dispuesta a traicionar a mi familia, una traición que me ofrecía la única salida que hasta ahora mis ojos habían podido captar.
El comenzó a hablar, con aquella cadencia entonada que hacía que sus palabras sonaran como susurros llevados por el viento, por mi tío había escuchado que todos los Malfoy poseían esa extraña habilidad. Yo lo miraba fijamente, intentando encontrar una respuesta a sus preguntas; al parecer mi presencia en esa estancia lo había sorprendido y estaba ligeramente perturbado por eso, suspire para mis adentros ya que estaba segura de que escucharía esas mismas palabras muchas veces si lograba pasar esta prueba, algo en mi interior me decía que el aún desconfiaba de mi, por lo que no me daba la oportunidad de responder las múltiples preguntas que iba formulando. Con forme el hablaba yo comprendía y una tímida sonrisa se iba dibujando en mi rostro, entendía sus dudas y de alguna manera sus miedos, ya que eran un eco de los míos, mas sabía que debía convencerlo y las palabras por si solas no lograrían llevar a cabo ese acto, por lo que me acerque ligeramente a el y le ofrecí mi mano, en la cuál llevaba escondida una pequeña botellita que contenía un líquido transparente muy parecido al agua, que se agitaba levemente: -Puedes comprobarlo por ti mismo, puedo jurarte que esto no es ninguna broma ni trampa planeada por mis amigos y familiares; estoy aquí libremente y bajo el peso de mi propia conciencia, puedes estar seguro de que no te mentiré ya que en estos momentos te estoy dando mi palabra, mas si no es suficiente con eso adelante, úsala- mi mirada caía nuevamente en la pequeña botellita de aspecto insignificante- usa el suero de la verdad y por una vez deja de desconfiar de mi.
Aquel chico giró con elegancia, movimiento propio de el que a mi en verdad me turbaba, no entendía como un simple humano como el podía moverse de aquella forma y aún así seguir pareciendo ligeramente hosco y despreocupado. Lo examinaba detenidamente con una ceja ligeramente arqueada, el tenía las manos dentro de sus bolsillos y todo su ser despedía arrogancia; pude notar el escrutinio de su mirada y supe que estaba siendo puesta a prueba, sonreí en mi interior mientras mi rostro se mantenía inescrutable ya que no quería darle a entender nada que pudiera ser tomado como una señal de peligro o cobardía, sabía que era buena en los duelos y hábil con los hechizos mas estaba completamente conciente que si me enfrentaba al joven Malfoy mis probabilidades de vencer no eran lo que pudiera denominar como altas.
Realmente su presencia en esa habitación no había llegado a sorprenderme como en un principió creí que lo haría. Una parte de mi ya lo sospechaba al observarlo entre los pasillos y en las clases que compartíamos, así como durante las comidas en el Gran Comedor; todo su ser despedía una ligera aura de peligro y vulnerabilidad bajo ese aspecto de chico popular y arrogante; realmente aún no lograba entender como es que un joven como el pudiera despertar la necesidad en las personas para protegerlo, ya que su espíritu era hostil de nacimiento; había llegado a suponer que era la clase de personas a las que no les importaba tus opiniones con tal de obtener aquello que desean de ti, mas Scorpius siempre me había parecido diferente, mas especial que un simple jovenzuelo popular y agresivo que disfrutaba con el dolor de aquellos que de alguna manera eran más débiles que el. Ahora, al verlo de pie frente a mi evaluándome, al fin pude darme cuenta de la verdadera diferencia que existía entre nosotros, mas de alguna parte en el fondo de mi ser pude ver que éramos similares, ambos atrapados bajo las tradiciones familiares que de alguna forma no podíamos ignorar; la diferencia radicaba en que yo estaba mas que dispuesta a traicionar a mi familia, una traición que me ofrecía la única salida que hasta ahora mis ojos habían podido captar.
El comenzó a hablar, con aquella cadencia entonada que hacía que sus palabras sonaran como susurros llevados por el viento, por mi tío había escuchado que todos los Malfoy poseían esa extraña habilidad. Yo lo miraba fijamente, intentando encontrar una respuesta a sus preguntas; al parecer mi presencia en esa estancia lo había sorprendido y estaba ligeramente perturbado por eso, suspire para mis adentros ya que estaba segura de que escucharía esas mismas palabras muchas veces si lograba pasar esta prueba, algo en mi interior me decía que el aún desconfiaba de mi, por lo que no me daba la oportunidad de responder las múltiples preguntas que iba formulando. Con forme el hablaba yo comprendía y una tímida sonrisa se iba dibujando en mi rostro, entendía sus dudas y de alguna manera sus miedos, ya que eran un eco de los míos, mas sabía que debía convencerlo y las palabras por si solas no lograrían llevar a cabo ese acto, por lo que me acerque ligeramente a el y le ofrecí mi mano, en la cuál llevaba escondida una pequeña botellita que contenía un líquido transparente muy parecido al agua, que se agitaba levemente: -Puedes comprobarlo por ti mismo, puedo jurarte que esto no es ninguna broma ni trampa planeada por mis amigos y familiares; estoy aquí libremente y bajo el peso de mi propia conciencia, puedes estar seguro de que no te mentiré ya que en estos momentos te estoy dando mi palabra, mas si no es suficiente con eso adelante, úsala- mi mirada caía nuevamente en la pequeña botellita de aspecto insignificante- usa el suero de la verdad y por una vez deja de desconfiar de mi.
Alice A. Longbottom- Hufflepuff
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Fecha de inscripción : 16/04/2012
Edad : 32
Re: People come and go. You never know | Alice
Toda ella, toda su presencia parecía tranquila, para nada sorprendida. Estaba claro que esperaba ser juzgada de aquella manera de mi parte. Odiaba que anticiparan mis movimientos, que me consideraran predecible. Yo no era cualquiera, con mis cortos y estúpidos dieciséis años faltos de experiencia, me había ganado mi lugar dentro del bando. Detestaba que el resto pensara que todo se debía a mi parentesco con Bellatrix Lestrange, si, bueno, yo era su último sobrino-nieto y sí, ella tenía cierta preferencia por mi pero quien la conociera sabría que no me habría dado el puesto sino creyese que podía llevarlo a la perfección. Ya no era más el crío. No señor.
Cuando comenzó a caminar en mi dirección, estuve tentado de echar un paso atrás. ¿Confiaba en ella? No, por supuesto que no. Pensar que podría infiltrar a un espía de la orden en nuestras filas, ya podía ir firmando mi testamento. Ninguno de mis gestos cambio, eso es algo que había perfeccionado, el arte de la actuación. Podría estar muriendo por dentro pero nadie debía notarlo, nadie podía conocer tus debilidades. Me crucé de brazos, dudando entre si tomar lo que ella me ofrecía o confiar en su palabra.
Saqué mi mano derecha de mi bolsillo y recogí el pequeño frasco que se encontraba en su mano. Lo destapé y lo pasé por debajo de mi nariz, en ningún momento aparté la mirada de su ojos que esperaban paciente mi respuesta. Volví a cerrarlo y se lo devolví.
― Bébelo ― ordené sin más. Le indiqué que se sentara en la primera banca. Observé que tomara el contenido y entonces volví a hablar. ― ¿Cual es tu nombre? ¿Tu linaje? ― pregunté con voz seria.
Cuando comenzó a caminar en mi dirección, estuve tentado de echar un paso atrás. ¿Confiaba en ella? No, por supuesto que no. Pensar que podría infiltrar a un espía de la orden en nuestras filas, ya podía ir firmando mi testamento. Ninguno de mis gestos cambio, eso es algo que había perfeccionado, el arte de la actuación. Podría estar muriendo por dentro pero nadie debía notarlo, nadie podía conocer tus debilidades. Me crucé de brazos, dudando entre si tomar lo que ella me ofrecía o confiar en su palabra.
Saqué mi mano derecha de mi bolsillo y recogí el pequeño frasco que se encontraba en su mano. Lo destapé y lo pasé por debajo de mi nariz, en ningún momento aparté la mirada de su ojos que esperaban paciente mi respuesta. Volví a cerrarlo y se lo devolví.
― Bébelo ― ordené sin más. Le indiqué que se sentara en la primera banca. Observé que tomara el contenido y entonces volví a hablar. ― ¿Cual es tu nombre? ¿Tu linaje? ― pregunté con voz seria.
Scorpius H. Malfoy- Slytherin
- Mensajes : 415
Puntos : 300
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Edad : 29
Re: People come and go. You never know | Alice
Tomo la pequeña botella ante mi clara sorpresa, no entendía el porque de sus actos y una parte de mi rió siniestramente cuando comprendí la obviedad de la situación, el no confiaba en mi, por supuesto que no. Me miró a los ojos en todo momento, mientras llevaba a cabo su inspección, yo le devolvía la mirada un tanto nerviosa por dentro pero con una mascara indescifrable por fuera; demostrar cobardía nunca había sido algo que me agradara y menos en aquel momento tan importante que definiría todo mi futuro, o al menos parte de el.
Nuevamente centre mi atención en la pequeña botella, el me la ofrecía de regreso y me ordenaba que bebiera el contenido, reprimí un suspiro alterada, había contado con esa eventualidad mas esperaba no tener que llegar al extremo de encontrarme atada de pies y manos a la verdad que tan difícilmente podía ocultar; no entendía como había llegado a pensar que el no usaría esa alternativa que le facilitaría todo el trabajo y de alguna manera le daba un seguro para evitar infiltrar a los Mortífagos un espía, y un espía de mi calibre mucho menos. Tome la botella entre mis manos pensando momentáneamente en mi padre y mis hermanos, imaginándome los gestos que se dibujarían en sus rostros si llegaban a enterarse de que es lo que estaba haciendo; sabía que lo desaprobarían y posiblemente Neville Longbottom pondría nuevamente ese rostro que dominaba mis pesadillas habituales, su rostro si no enojado, si con una tristeza innegable y el dolor claramente palpable en sus ojos oscuros; probablemente Frank se enojaría conmigo y me haría prometerle cosas que ya no puedo cumplir, y Kristen, mi querida y pequeña Kristen me retiraría la palabra hasta que le asegurara de que todo volvía a la normalidad y dejaba atrás aquellos planes suicidas de entrar en lo que ellos llamarían el bando enemigo, mas nunca me darían la oportunidad de explicar mis argumentos y mucho menos justificarme, solo mi querida madre me ayudaría a encontrar la solución a mis problemas y aceptaría mi decisión, fuese cual fuese.
El frío cristal entro en contacto con mis labios y el líquido insípido lleno mi boca, quedándose paralizado durante unos momentos y bajando lentamente por mi garganta hasta mi organismo; haciendo efecto más rápido de lo que había deseado. Mi cabeza y mi conciencia se separaron, sabía quien era y donde estaba pero algo dentro de mi me impulsaba a decirle toda la verdad de mi existencia a aquel hostil chico de rubios cabellos y mirada fría, lo mire a los ojos desafiante mientras escuchaba su primer requisito y sin poder hacer nada para evitarlo sentir como mis labios se movían para procurarle la respuesta que el quería, la verdad mas absoluta de todas y la única que me libraría de un castigo mucho mas severo del que estaba dispuesta a aceptar. Me pregunto por mi nombre, yo le respondí: -Soy Alice Augusta Longbottom Abott y mi linaje es Sangre Pura por parte de mi padre y de mi madre, Neville Frank Longbottom y Hanna Abott Longbottom-suspire resignada ante la idea, le había dicho toda la verdad, aquella verdad que conocía y que no había estado dispuesta a revelarla ante nadie que no fuera de mi familia, lo mire con actitud en apariencia tranquila; no quería que se percatara de mi duelo interno y menos que se aprovechara de el, si iba a llegar hasta el final en esta empresa no iba a parecer débil ante nadie, tendría que aprender a dominar mis sentimientos y a no exteriorizar mis emociones; tenía un arduo trabajo por delante y no me daría por vencida en el primer obstáculo que se me presentara, ya que esa no era exactamente mi forma de ser. Espere su siguiente pregunta contando la cadencia de mis respiraciones, si no quería entrar en algún shock nervioso tenía que ignorar mis preocupaciones y suprimir mis miedos, ya que estos no me servirían de nada ante la situación que estaba viviendo.
Nuevamente centre mi atención en la pequeña botella, el me la ofrecía de regreso y me ordenaba que bebiera el contenido, reprimí un suspiro alterada, había contado con esa eventualidad mas esperaba no tener que llegar al extremo de encontrarme atada de pies y manos a la verdad que tan difícilmente podía ocultar; no entendía como había llegado a pensar que el no usaría esa alternativa que le facilitaría todo el trabajo y de alguna manera le daba un seguro para evitar infiltrar a los Mortífagos un espía, y un espía de mi calibre mucho menos. Tome la botella entre mis manos pensando momentáneamente en mi padre y mis hermanos, imaginándome los gestos que se dibujarían en sus rostros si llegaban a enterarse de que es lo que estaba haciendo; sabía que lo desaprobarían y posiblemente Neville Longbottom pondría nuevamente ese rostro que dominaba mis pesadillas habituales, su rostro si no enojado, si con una tristeza innegable y el dolor claramente palpable en sus ojos oscuros; probablemente Frank se enojaría conmigo y me haría prometerle cosas que ya no puedo cumplir, y Kristen, mi querida y pequeña Kristen me retiraría la palabra hasta que le asegurara de que todo volvía a la normalidad y dejaba atrás aquellos planes suicidas de entrar en lo que ellos llamarían el bando enemigo, mas nunca me darían la oportunidad de explicar mis argumentos y mucho menos justificarme, solo mi querida madre me ayudaría a encontrar la solución a mis problemas y aceptaría mi decisión, fuese cual fuese.
El frío cristal entro en contacto con mis labios y el líquido insípido lleno mi boca, quedándose paralizado durante unos momentos y bajando lentamente por mi garganta hasta mi organismo; haciendo efecto más rápido de lo que había deseado. Mi cabeza y mi conciencia se separaron, sabía quien era y donde estaba pero algo dentro de mi me impulsaba a decirle toda la verdad de mi existencia a aquel hostil chico de rubios cabellos y mirada fría, lo mire a los ojos desafiante mientras escuchaba su primer requisito y sin poder hacer nada para evitarlo sentir como mis labios se movían para procurarle la respuesta que el quería, la verdad mas absoluta de todas y la única que me libraría de un castigo mucho mas severo del que estaba dispuesta a aceptar. Me pregunto por mi nombre, yo le respondí: -Soy Alice Augusta Longbottom Abott y mi linaje es Sangre Pura por parte de mi padre y de mi madre, Neville Frank Longbottom y Hanna Abott Longbottom-suspire resignada ante la idea, le había dicho toda la verdad, aquella verdad que conocía y que no había estado dispuesta a revelarla ante nadie que no fuera de mi familia, lo mire con actitud en apariencia tranquila; no quería que se percatara de mi duelo interno y menos que se aprovechara de el, si iba a llegar hasta el final en esta empresa no iba a parecer débil ante nadie, tendría que aprender a dominar mis sentimientos y a no exteriorizar mis emociones; tenía un arduo trabajo por delante y no me daría por vencida en el primer obstáculo que se me presentara, ya que esa no era exactamente mi forma de ser. Espere su siguiente pregunta contando la cadencia de mis respiraciones, si no quería entrar en algún shock nervioso tenía que ignorar mis preocupaciones y suprimir mis miedos, ya que estos no me servirían de nada ante la situación que estaba viviendo.
Alice A. Longbottom- Hufflepuff
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Re: People come and go. You never know | Alice
La observé beber el contenido del pequeño frasco. Su mirada bailaba entre la sorpresa por el hecho de haber aceptado su pequeña oferta, mientras que por otro lado, una parte de ella estaba segura de que yo no desperdiciaría la oportunidad. Entre más seguro estuviera de todo esto, en especial de ella, mucho mejor para mi y los nuestros. Pareció turbarse por un par de segundos pero pronto se recuperó, en definitiva la poción estaba surtiendo efecto. En seguida respondió mi pregunta con tranquilidad y voz seria. Mi expresión no cambio, aún indiferente hacia aquella chica, con mi mirada verde-grisácea sobre su persona, taladrando en busca de la verdad.
Asentí con lentitud ante su respuesta. El Veritaserum funcionaba a la perfección en aquellas personas de la cual se sospechaba, algo característico en todas ellas es que debían estar vulnerables en el momento en que la bebieran para mejor absorción de la misma por el organismo y para que no pudieran protegerse contra ella. Si lo pensaba con detenimiento, la chica en frente mío estaba más fresca y sana que una belladona. Y el Veritaserum no era infalible, después de todo.
― ¿Estas consciente de lo que esto significa? Estar aqui, conmigo, pidiendo una audiencia con ella. ― pregunté cruzándome de brazos.
La luz que hasta entonces nos había iluminado se había ido apagado gradualmente. Con un rápido movimiento de varita, esferas de luz volvieron a aclararnos el lugar. Bailaron por toda el aula, creando un juego de sombras en el suelo y un ambiente un tanto tétrico.
Asentí con lentitud ante su respuesta. El Veritaserum funcionaba a la perfección en aquellas personas de la cual se sospechaba, algo característico en todas ellas es que debían estar vulnerables en el momento en que la bebieran para mejor absorción de la misma por el organismo y para que no pudieran protegerse contra ella. Si lo pensaba con detenimiento, la chica en frente mío estaba más fresca y sana que una belladona. Y el Veritaserum no era infalible, después de todo.
― ¿Estas consciente de lo que esto significa? Estar aqui, conmigo, pidiendo una audiencia con ella. ― pregunté cruzándome de brazos.
La luz que hasta entonces nos había iluminado se había ido apagado gradualmente. Con un rápido movimiento de varita, esferas de luz volvieron a aclararnos el lugar. Bailaron por toda el aula, creando un juego de sombras en el suelo y un ambiente un tanto tétrico.
Scorpius H. Malfoy- Slytherin
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