||...Una noche mágica...|| [Alice Longbottom - Privado]

Aquella noche iba a ser especial, lo sentía en cada uno de los poros de mi piel y en la agradable sensación de mariposas que dominaba mi estómago en esos momentos, había estado esperando ese momento desde hace mucho tiempo y no estaba dispuesta a arruinarlo ahora que tenía aquello que había deseado y por lo que había estado luchando todos estos años sin llegar a saberlo con exactitud. No podía creer que de verdad aquel hermoso muchacho fuera mío, no podía entender como es que había llegado a confesar mis sentimientos y que estos fueran correspondidos me asombró mas que el hecho de mi propia valentía, la cuál no se mostraba muy seguido en estos últimos meses. Había estado tirada en mi cama hasta hace pocos minutos y cuando la recordadora de mi padre que guardaba en mi bolsillo comenzó a tornarse de un hermoso color escarlata supe que era la hora de preparar mi huída y mi aspecto especial para aquella noche maravillosa.

Abrí mi baúl en el cual se encontraban algunas de las cosas mas preciadas para mi, tomando uno de los conjuntos muggles que tía Luna me había regalado y acomodándolo a mi cuerpo de tal manera que me gustara lo que veía en el espejo. La imagen reflejada me hablaba de una chica delgada de ojos verdes luminosos y espeso cabello castaño que le caía por debajo de los hombros, enmarcando su redondeada y pálida cara que tomaba color por intervalos de tiempo, según los pensamientos que pasaran por la cabeza de aquella extraña chica que se estaba reflejando en el cristal. Una vez que estuve de acuerdo en que no podía mejorar nada mas de mi aspecto baje presurosa las escaleras de mi dormitorio, tomando la capa como última opción por si hacía frío en el lugar que Brad decidiera llevarme; vaya tonta parecería si arruinara nuestra mágica reunión con el temblor de mis labios provocado como reacción por el castañeo de mis dientes a causa del frío.

Unos golpes ligeros en la puerta hicieron que mi corazón se acelerara y tomara vuelo, me levante presurosa echándome la capa a los hombros y salí al exterior de la sala común, desde donde pude admirarlo en todo su esplendor. Pude notar como me miraba con los ojos abiertos y un ligero rubor de satisfacción coloreo mis mejillas, a la vez que su tímido tartamudeo provocaba reacciones difíciles de describir en mi ya de por sí inestable estómago. Le sonreí amablemente, notando la necesidad de acercarme a el cada vez mas, notando como mi mano se entrelazaba delicadamente con la suya, suave y fuerte a la vez. :-Gracias Brady...tu estas…bueno…guau…estupendo-Debía admitir que se veía bastante guapo en su traje negro, el color perfecto para resaltar el brillo azulado de sus hermosos ojos.

Comenzamos a caminar y yo me ponía mas y mas nerviosa con cada paso que dábamos, muy en el fondo de mi ser sabía hacia donde nos dirigíamos y un miedo muy parecido al de salir a escena comenzó a embargarme. Mi respiración se aceleraba por momentos hasta que pude notar como llegábamos ante la puerta del séptimo piso y con el la famosa aula de los menesteres; mi corazón se detuvo por unos segundos cuando traspasamos el local, regresando a latir con toda su potencia mientras nos acomodábamos en los reconfortantes sillones que abarrotaban el área. No pude evitar acercarme a el y robarle un dulce y rápido beso, en lo que me acurrucaba contra su suave y cálido cuerpo mientras le susurraba: -Oh Brady…esto es realmente hermoso…la música, la comida, la estancia, tu compañía…todo es tan perfecto-ahora lo miraba y una sonrisa de auténtica felicidad se dibujaba en mi pálido rostro: -Gracias, de verdad Brady…Gracias-.